Pasar el Negrón.

Los que somos Asturianos experimentamos un cambio que sólo conocemos nosotros:  Pasar el túnel del Negrón. Para los que no sois de aquí no lo entenderéis en profundidad pero es algo parecido a atravesar el túnel del tiempo.

Si salimos a la meseta desde Asturias es algo así como sentir de repente que el cielo existe y es azul, que las nubes son blancas y algodonosas y que la luz lo invade todo. Esto es algo que a los asturianos nos cambia por dentro y experimentamos asombro, extrañeza y una mezcla de vitalidad y alegría. Pasamos del otoño a la primavera o del otoño al verano en apenas unos kilómetros y eso trastorna un poco.

Después de varios días fuera de Asturias regresar por el Negrón es sentir que el cielo se mezcla con la tierra que la luz es grisácea que el verde lo invade todo y todo parece acolchado por una gruesa manta verde. Esto nos gusta y bajamos la ventanilla del coche para oler el aire húmedo y fresco y decimos algo parecido a "qué guapa es Asturias" porque regresamos con gana de gris, de humedad y verde.

Pero si lo que deseamos es continuar con la luz que traemos de León pasar el Negrón es duro porque nos sumergimos un gris plomizo del que sólo deseamos salir y buscamos entre las nubes un claro que nos siga recordando que detrás de esa capa espesa hay sol y cielo. Las ciudades están tristes y si es domingo más tristes aún. Mujeres mayores caminando con su bolso donde está guardado el paraguas plegable  (yo creo que van a tomar un café con leche caliente para templar el cuerpo), parejas con su chaqueta puesta... y los que regresamos ansiosos de luz, de calor y de sol esas imágenes nos producen una cierta tristeza.

El tunel del tiempo, el Negron es una experiencia que conocemos bien los asturianos.

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