Notre Dame

Estaba allí  y sin girarse a mirarnos nos contestó con un chorro de palabras sin perder la compostura:

No sé dónde c*j*n*s está el p*t* Cuasimodo...todos los j*d*d*s turistas que venís preguntáis lo mismo, no tenéis mejor idea. Me importa un c*r*j* dónde se haya metido... andará en un  kebap o en una  pizzería. ¡A mí qué  m**rd* me importa!. Todo el p*t* día aguantandoos con vuestros teléfonos y haciendo la  gracia fácil. Id a tomar por c*l* y dejadme el alma en paz, que yo bastante tengo con estar aquí viendo como esta plaza se transforma y se va pareciendo a cualquier otra de cualquier lugar del mundo. Los asquerosos turistas, con vuestros viajes organizados, ordenados, veloces y ávidos consumidores, devoradores de la esencia de cada lugar  lo estáis j*d**nd* todo. Aquí ya no queda nada de lo que esto era. Absolutamente nada. Pero aun así seguís llegando en manadas, todos y cada uno de los días del año. Mientras tanto yo seguiré aquí, anclado a esta catedral, observando el declive. Olvidadme.¡¡ Id a la p*t* mierda!!

Y siguió con la mirada perdida en la plaza  ignorándonos como cualquier otra quimera.

Comentarios


  1. Me impresiona la "letanía" que su visión te sugiere. Es perfecta. Esa gárgola con centenaria cara de mala h.... no es posible imaginarla expresándose de otra manera y me encanta la captación literaria de esa impresión que sugiere...

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    1. Esperó a que yo pasara para soltarme todo esto... le entendi perfectamente porque yo estaba sintiendo lo mismo.

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