Equilibrio

De un hilo pende,
en frágil equilibrio,
la felicidad.

Asusta saber que
un soplo de viento,
un aleteo de mosca,
un segundo en el reloj,
una mota de polvo
o una gota de rocío
pueden ocasionar
un tsunami,
una ola gigante
o un ciclón de sentimientos
que  arrasen,
derrumben
y aniquilen
estancias de paz,
remansos cálidos y confortables
y todo se convierta 
en páramo desolado
en el que habitar a  la intemperie.

Por eso sostengo el hilo
con veneración,
con la consciencia plena
del disfrute de tenerlo
entre los dedos en este instante.

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