Manto de palabras

Te cubro con un manto de palabras mientras esperas al ascensor. 

Son precisas y selectamente  elegidas para que te acompañen y  puedas recuperarlas facilmente. Las escojo con cuidado y uso el tono apropiado intentando que te queden pegadas en la mochila, sobre la sudadera y entre el pelo. Tienen las silabas justas para  que las puedas transportar y te arropen en cualquier momento.

Tengo miedo que te resbalen  y te vayas  sin ellas, por eso me esfuerzo en que hagan su efecto y no queden esparcidas por el suelo.

Llega el ascensor. Entras y te vas con ellas. Cierro la puerta  de casa con la certeza que alguna se perderá por el camino y otras muchas van contigo junto a tu recién estrenada coraza adolescente.