Sin ser yo

 

Fui saco de escombros en mitad de la calle

después de pasar el camión de la basura.

Fui un corcho a merced de todas tus olas.

Viajé dentro de la espiral de tu fuerza centrípeta.

Solo corcho, solo escombros.

Migas de duro pan rancio mendigué de ti,

manjares para mi boca seca.

Surcos en el asfalto dejaban mis pasos.

Una palabra tuya bastaba para salvarme,

fui esclava del teléfono.

Ahora recojo los pedazos de quien fui,

recompongo el puzle.

Rebusco en la basura trozos de mí olvidados.

Cambio el agua podre de los jarrones,

tiro las flores marchitas,

arranco las hierbas secas crecidas en las macetas.

Vacío los armarios de trastos,

tiro la ropa vieja.

Quité el cebo de todos mis anzuelos

y tiré todas las cañas al mar.

Solté todas las amarras de mis barcos.

Corté el hilo de todas las cometas descoloridas por el sol.

Ahora soy yo.

Solo yo quien dirige este barco que sigue, en ocasiones, a la deriva.

Tengo el timón entre las manos,

los vientos a favor y el cuerpo lleno de miedo.

Avanzo con las dudas retumbando en la cabeza,

el vértigo en el centro del pecho,

el dolor entre cada costilla.

Avanzo guiada por una voz que susurra:

Esto pasará y será solo un recuerdo.