Hijos

¡Qué difícil equilibrio sosteneros  en las manos y dejaros volar al mismo tiempo!

Mantenerse cercana, a vuestro lado, arroparos y protegeros de los envistes de la vida 

y al mismo tiempo saber que debéis  experimentar la vida entre sus luces y sombras.

No es fácil quedarse a la distancia justa para que crezcáis y sintáis con intensidad la vida, vuestra vida, no la mía. 

En ocasiones os alfombraría todos los caminos, los llenaría de flores y de soles, os cogería de la mano y os cubriría ante el mínimo viento. Pero no puedo ni quiero hacerlo porque se que los días hay que apreciarlos con todos sus matices y colores y esa experiencia os hará fuertes, con más capacidad para enfrentar los reveses de los vientos y los inviernos inesperados. 

Yo solo puedo exprimir mi vida con plenitud y ofrecérosla siempre que necesitéis un puerto, una manta y un aliento.