Página en blanco.

Esta página en blanco está vacía,

pide a gritos un verso.

Necesita palabras encadenadas 

que broten empujadas

por emociones intensas,

que culminen en un poema redondo,

preciso, capaz de describir el momento.

Cuesta atrapar la palabra

que aglutine, ilumine y defina.

Mas cuando llega,

fluye un verso que se hace río 

arrastrando pequeños torrentes de palabras

hasta un mar inmenso.

Entonces la página se queda corta

para albergar tanto sentimiento.