Llegó el Amor

Irrumpió como una ola gigante.

Se filtró de sinapsis en sinapsis

invadiendo cada neurona.

Impregnó cada célula de colores chispeantes,

y las hizo bailar a ritmos desconocidos,

vibrar en frecuencias diversas.

Recorrió desde las uñas de los pies

hasta el último pelo en lo alto de la cabeza.

Removió cada centímetro de intestino,

confundiendo a las vellosidades

Rodeo al corazón

acomodándose sobre el

en una capa esponjosa, suave y resistente.

Cada hueso fue infiltado

por una resistencia nueva

con un poder que triplicaba su fuerza.

El cerebro cambió las coordenadas para siempre,

mutó a un estado entre sólido y gaseoso

y jamás volvió a ser el de antes.

Entro y salió por cada poro de la piel,

erizando cada pelo.

La boca estrenó palabras,

inauguró susurros,

escribió el diccionario completo

de una lengua desconocida.

Los ojos observaron millones de nuevos matices,

colores, formas y alcances insólitos.

Las manos  percibieron tactos desconocidos

y con la alquimia precisa entre temperatura ajena y suavidad, 

crearon el arte de la caricia.

Fue el AMOR  quien trastocó toda la vida.

Fue quien abrió de golpe, de par en par,

las ventanas, las puertas, los armarios,

llenándolos de aromas exóticos

 y corrientes de aire fresco.

Fue el AMOR quien abrió una autopista de cuatro carriles

 y dos pistas de aterrizaje en mitad del pecho.

Desde entonces el tráfico ha sido  constante.